27 noviembre 2010

Te visito a diario para al menos materializarte en este plano etéreo.
Sos millones de pequeños e imperceptibles momentos en el tiempo.
Tu inexistencia corroe mi perímetro.
A veces carezco de forma, otras tantas me solidifico.
Obsesión escribirte, obstinación retenerte.
No te veo, no te quiero,
Pero conservo un collage de recuerdos estancados en algún recodo de mi mente.
Entonces espejismos.
Abismos.

Sin voz(s) estallo en gritos, y que (no)escuches todo lo que no quiero...
No escuches.
... No quiero que el tiempo borre tus gestos, tu voz, tu postura o alguna parte de todo tu cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario